Esta no es una despedida.
Durante años, las marcas creyeron que presencia era sinónimo de tener un logo visible, no una voz cercana.
Manual de marca.Tono institucional. Paleta de colores. Templates. Un feed prolijo que no le importa a nadie.
Pero algo cambió. Y no fue el algoritmo. Fue la audiencia.
Hoy, los s no quieren escuchar a una empresa. Quieren escuchar a las personas que la lideran. Quieren saber qué piensan. Qué defienden. Qué se animan a decir. Y, sobre todo, quieren saber si eso que dicen se conecta con lo que hacen.
Datos:
📉 El alcance orgánico de los perfiles de empresa en LinkedIn está por el piso (1–2%).
🤳 Pero el mismo post, desde una persona real, puede tener hasta 7 veces más impacto.
La explicación es simple:
Los logos no construyen vínculos. Las personas, sí.
Y en un contexto de saturación de información y cinismo institucional, lo auténtico gana.
Entonces, ¿qué significa esto para los CEOs?
Significa que el viejo modelo de “comunicar desde la empresa” ya no funciona.
Hoy, el CEO es la voz. El rostro. La narrativa viva.
No por capricho. Por necesidad.
Porque si el CEO no habla, el mercado no escucha.
Y si el mercado no escucha, tampoco confía.
Y sin confianza, no hay posicionamiento que aguante.
En HORSE, trabajamos con líderes que entienden esto.
Que saben que el escenario no es un lugar físico. Es una actitud.
Y que no se trata de estar por estar, sino de tener algo que decir. Y sostenerlo.
Así que si tu empresa sigue posteando desde el logo con tono de folleto...
Es hora de hacerle un velorio.
Porque en 2025, el branding no se imprime. Se encarna.